La calle de Juárez era conocida antiguamente como “El callejón del oso”, se ubicaba en lo que hoy es Amado Nervo esquina con calle San Luis.
En los tiempos de Manuel Lozada se cometieron robos y asesinatos en ese lugar. También se hablaba de la existencia de “viejas brujas” que asustaban a los habitantes de la ciudad.
En la época del porfiriato, los jefes políticos se aprovechaban de su mala fama para eliminar a sus enemigos y a las personas que estaban en contra de su administración.
El “Heraldo de Nayarit” en su edición del 20 de agosto de 1932 le dedica un artículo escrito por “Tío Onan” donde detalla las fechorías que ahí se cometían. Este callejón era para la quieta y levítica ciudad de Tepic, el lunar de todas sus malas acciones.
Los habitantes de este lugar vivían en cuartos que el artículo describe como “cuarterío infesto en cuyas pocilgas habitaban gente sospechosa que envolvía su vida en las más desconcertantes supercherías”. Era una zona pobre y de escasa vigilancia donde se cometían diversos delitos y en sus últimos años habitaron “afeminados” que mandó echar fuera de la población el General Pablo Rocha y Portú (jefe político del Territorio de Tepic 1897-1904).
Con el paso del tiempo los cuartos desaparecieron y se edificaron residencias y una escuela (Primaria Federal Juan Escutia) que persiste hasta nuestros días y que antiguamente fue la fábrica de cigarros “El Tráfico” y casa de Amado Fletes quien fuera benefactor de la ciudad y aportara una cuantiosa suma de dinero para la construcción del ferrocarril del molino que trasladaba a las personas desde cualquier punto al centro de la ciudad.
El callejón del oso en los años 30’s era el punto de reunión de los enamorados apasionados que no se detenían en consideraciones de ningún principio moral aprovechando su escasa vigilancia.
“Tío Onan”, (1932, 20 de agosto). Una calle tenebrosa. El Heraldo de Nayarit, página 2.