Bandidos a la puerta de Tepic

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Manuel Lozada atacando a un hacendado. Ilustración: Antonio Tabares / H2 Estudio

Manuel Lozada en Campaña. Bandidos a la puerta de Tepic. Robo de la Hacienda de Puga.

El “Mosquito” de Tepic se aplaude en su número de 22 del corriente, de que los ladrones habían disminuido un poco en el Canton; parece temer por otra parte que los crímenes y los excesos no viniesen a tomar a poco un nuevo y terrible acresentamiento. El famoso Manuel Lozada que parecía arrepentido y se había hecho cultivador, había vuelto a la campaña uniéndos de nuevo con su antigua banda, en la Sierra de Álica, donde se decía, engrosaba sus filas con los indios de San Luis, de Pochotitán y de Tequepexpan. Los temores del “Mosquito”, no eran sino muy fundados, porque tuvo tiempo de anunciar, en el mismo número, que los bandidos en número de 90 habían asaltado la haciende de Puga. Se nos han enviado de Guadalajara los detalles de este nuevo crimen que pone colmo a todos los otros, ved la carta que nos ha llegado, con este motivo el correo de ayer.

Guadalajara, 24 de Septiembre de 1857.

Señor René Masson. México. Muy señor mío. Acabamos de recibir de Tepic la noticia que, el 22 del corriente a las tres de la mañana, la hacienda de Puga había sido asaltada por el famoso bandido Lozada con una gavilla de 90 hmobres, habiéndose cometido bárbaros asesinatos, violencias, y todos los horrores que caracterizan a estos caníbales; el Cantón está de nuevo sumergido en el espanto y la desolación. Lozada tuvo la audacia de enviar de Puga un criado a Tepic, con un pliego para el Jefe Político declarando que saqueaba la hacienda porque no aprobaba las autoridades actuales de la ciudad. Las personas que fueron testigos del pillaje dicen que los bandidos han cometido sus crímenes al grito de “Viva la Religión”.

La Hacienda de Puga en 1892. Fotografía de Marie Robinson Wright.

Dos jóvenes alemanes recientemente llegados de Europa para beneficiar los productos de la hacienda fueron los únicos que resistieron el ataque defendiéndose heroicamente y teniendo a los bandidos dos horas en jaque; ellos mataron mcuhos, más sucumbieron por fin al número y fueron bárbaramente asesinados. El autor de estos crímenes es el famoso Lozada, el mismo que durante años enteros ha regado él solo tantos pueblos de sangre de sus innumerables víctimas y cuyas crueldades causarían horror a los salvajes, el mismo que indultado de todo o al menos tolerado por el gobierno a servido durante algún tiempo en la persecución de los malhechores, el mismo que robaba y asesinaba cuando le venía a la imaginación, y que el brazo de la justicia de Jalisco no pudo alcanzarle.

El Mosquito, 22 de septiembre de 1857.

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