Este documento es el texto del material audiovisual que recoge la memoria de la fundación de esta colonia. Se trata de una segunda versión, elaborada con fragmentos de algunos cantos populares, entrevistas con dirigentes y activistas de la Organización de Colonos e Inquilinos Independientes Cuauhtémoc (OCIIC); la narración estuvo a cargo de J. Isabel Campos Ochoa y la transcripción y adaptación se realizó por J. Salvador Zepeda López.
En 1981 el movimiento urbano popular irrumpe a la lucha, después de un largo reflujo, que va de 1940 a 1980, y que fue obligado por la derrota que el gobierno le propinó, ante la falta de visión y de alternativas claras del propio movimiento… este nuevo repunte puede considerarse como la continuación de los movimientos pasados, así como de la ineptitud y burocratismo de los funcionarios encargados de resolver el problema de la vivienda y los servicios…
Hasta antes del ’81, gran parte de la población de escasos recursos, no tiene vivienda, viéndose obligados a pagar renta donde se les va gran parte de su salario… la resistencia de los inquilinos nayaritas por defenderse de los casatenientes o por un pedazo de tierra para construir ha sido constante, y en ocasiones violenta. Cristina Peña recuerda: “soy una colono, integrante de la organización OCIIC a la cual me hice vigente por la necesidad de la vivienda; vivía en una vecindad la cual carecía de todos los servicios higiénicos que todo ciudadano requerimos; una vecindad insalubre a la cual nosotros como inquilinos siempre llevábamos todas las fallas exigiéndole al inquilinario la restauración de dichas viviendas; claro estaba que en complicidad con el gobierno se hacían sordos a nuestros pedimentos, por lo cual decido integrarme a la organización OCIIC para conseguir un terreno digno donde construir, donde edificar nuestras casas”
…los antecedentes citados dieron origen a la organización de colonos e inquilinos independientes Cuauhtémoc; en una visita por Nayarit, Superbarrio Gómez opinó: “…no podemos darnos el lujo de quedarnos cruzados de brazos nomás viendo cómo nos pisotean nuestra dignidad, ya no se vale eso, el pueblo mexicano ya no quiere de eso, pero tenemos que demostrarlo luchando, partiéndosela y a como nos vaya tocando…”
La organización nace para luchar por servicios, vivienda digna y democracia; los planteamientos claros y sencillos, la combatibilidad mostrada en movilizaciones, la solidez interna y la solidaridad externa, lograron un rápido crecimiento de su membresía e importantes logros en su lucha.
El 25 de marzo de 1981, fueron solicitados terrenos para vivienda al INDECO, institución encargada de resolver el problema de la vivienda ante el tortuguismo y la negligencia se realizaron varias movilizaciones para presionar por una solución favorable.
De aquellos días, Juan Arturo Marmolejo, dirigente de la organización nos dice: “…las razones de la organización de inquilinos independientes Cuauhtémoc son varias; en principio, partiendo de una idea que se maneja mucho por el régimen en nuestro país que estamos en un Estado de Derecho, en el cual la constitución señala el derecho que tiene todo mexicano a una vivienda digna y que, como es sabido, esto queda en la letra, nosotros al impulsar esta organización una de las razones era el derecho que se tiene, y la ilegalidad en que el Estado siempre se maneja a través de sus gobernantes, al no llevar a cabo lo que la ley señala.
En ese sentido otra de las causas a raíces de la organización fue la realidad que existía y sigue existiendo hasta este momento en la capital de estado de Nayarit; por la cual rápidamente prendió la iniciativa lanzada por el grupo de compañeros que se metieron al trabajo organizativo en este proyecto popular, otra de las razones fue la gran aceptación de los grupos, de dirigentes, de las familias que viviendo en los barrios más marginados, en las vecindades, arrimados y hacinados, vieron como una esperanza para resolver de manera organizada y de manera colectiva el problema que individualmente y por bastantes años no habían podido resolver ni el gobierno les había podido responder. Asimismo, la conciencia que se fue formando en el grupo de colonos, de amas de casa, de compañeros trabajadores para emprender esta lucha y para unidos y organizados exigen al gobierno lo que por ley nos corresponde. En ese sentido podemos decir que, fue lo que dio sustento, lo que dio conciencia lo que dio vida a esta organización y que se vino profundizando con la combatibilidad con el atrevimiento de la gente de unirse, de estrecharse una a otra y así poder enfrentar las embestidas del gobierno que trató por todos los medios en principio destruir nuestra organización, desacreditarla ante la opinión pública. Fue así como una de las bases que dieron vida y mantienen a nuestra organización, fue la movilización; la participación consciente, voluntaria de la gente en busca de un objetivo en busca de la defensa de sus derechos, en busca de resolver una de las necesidades más importantes como es el derecho de la vivienda. Podemos decir que esta experiencia que a través del tiempo se ha desarrollado en nuestro estado, en nuestra capital a dar una luz de una cultura de organización, de lucha y de atrevimiento de la gente pobre, de la gente desposeída, la cultura de hacer de nuestras necesidades a través de la organización y de la unidad el que se vaya resolviendo, enfrentándolas de manera colectiva, esto ha dejado la enseñanza, la experiencia y se ha retomado a lo largo y ancho de nuestro estado.
La lucha urbana popular de la década de los 80’s reportó experiencias novedosas; el surgimiento de organizaciones sociales independientes o en el seno de los partidos políticos; la multiplicación de numerosas invasiones a predios (la mayoría tenencia ejidal); menudearon las movilizaciones y denuncias de los colonos invasores a las distintas autoridades estatales y municipales por incumplimientos a compromisos contraídos con los diversos grupos de solicitantes de lotes; etc.
Estas luchas populares provocaron nuevas prácticas de acción, de métodos de lucha, del lenguaje político y recrearon una nueva simbología.
A principios de 1980, Nayarit experimentó una nueva etapa en la lucha urbana teniendo como motivación principal el problema de la vivienda. Asimismo, las luchas populares que se comenzaron a gestar tenían como marco general el auge que en esos momentos cobraba el Movimiento Urbano Popular (MUP) a nivel nacional.
En 1981 se logró formar (mediante invasión), la primera colonia popular (llamada “2 de agosto”), previa organización de 50 grupos de inquilinos-solicitantes procedentes de distintos puntos de la ciudad, lo que a la postre marcó un hito en la historia del MUP Nayarita. A partir de ahí, se avanzó hacia la conformación de un movimiento popular de nuevo cuño que se caracterizó por una enconada disputa y una férrea organización en el terreno del problema de la vivienda contra las organizaciones del partido oficial.
El surgimiento de nuevos asentamientos humanos (colonias populares) y de organizaciones sociales centradas en la lucha urbana popular, permitieron a lo largo de la década mencionada ampliar el espectro del MUP Nayarita (en términos cuantitativos, por supuesto).
¿Quiénes componen el MUP en Nayarit? Lo componen colonos, inquilinos, usuarios, comerciantes ambulantes, etc., pero en términos generales y para fines políticos se distingue un MUP independiente y un MUP oficial estrechamente ligado al partido del Estado.
Los independientes se subdividen a su vez en grupos sin partido y en los partidos políticos de oposición.
Los primeros fueron del comité promotor que organizó y fundó la colonia “2 de agosto” que aglutinaba a activistas de distintas organizaciones políticas (incluida de algunos partidos políticos como el ex-PCM) donde se destacaba los que se vinculaban a la Revista Punto Crítico y los del proyecto Colima, mejor conocidos como Coordinadora Línea de Masas.
Ambos grupos entraron en pugna por la dirección de la nueva colonia y terminaron dividiéndose. Los de Punto Crítico fundaron la Organización de Colonos e Inquilinos Independiente Cuauhtémoc OCIIC; mientras que los de Línea de Masas fundaron otra colonia a la que bautizaron como “Tierra y Libertad”.
A esta última organización se les adhirió una fracción de ex-PSUM.
La fundación de la colonia “Tierra y Libertad” se dio originariamente en una zona aledaña a la colonia “2 de agosto” de la cual fueron desalojados por la fuerza pública y reubicados en las inmediaciones de la estación del ferrocarril.
